Linares junto a un par de
investigadores trabajaron en un laboratorio para conseguir que, gracias a los
cambios de temperatura y los ácidos residentes en la boca humana, el helado
cambie de color según se va comiendo. El protagonista de este experimento, con
un sabor similar al tutti frutti ha sido bautizado como “Xamaleón” y puede
degustarse en la heladería “IceXperience” que ha abierto este físico metido a
heladero a heladero artesano en Blanes (Girona).
Según el experto, que ha
financiado el experimento con sus propios fondos, la fórmula –no desvelada-
consigue que el helado, hecho completamente con productos naturales, cambie de
azul claro al rosa y del rosa al morado, simplemente pasando la lengua por encina
del mismo.
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